1 de agosto de 2019, Gallejones
El Bibliotejo y Tejiendo Redes: sorpresas en las Merindades
El valle de Zamanzas es un municipio formado por 6 pueblos y en total viven menos de 50 habitantes. Gallejones, es un municipio de Burgos, es uno de esos pueblos y viven, durante todo el año, 4 personas. Llegamos desde Báscones de Zamanzas. Allí, en lo alto, se distinguían los tejados de las casas entre un enorme bosque mixto que parecía que iba a comerse el pueblo. Hasta los años 60 la mayor parte de esos bosques eran campos de cultivo de frutales. El valle de Zamanzas era conocido por su fruta: manzanas y cerezas que se llevaban a mercados cercanos como el de Soncillo. Vecinas y vecinos de distintos valles se reunían allí para vender e intercambiar los productos que mejor se daban en cada zona.
El Bibliotejo se instaló hace unos 3 años en las afueras de Gallejones, en medio de uno de estos bosques. Lo que fue un bus urbano para llevar a los clientes al primer centro comercial de Burgos es ahora una hermosa biblioteca llena de colores y con más de 2.500 volúmenes seleccionados con criterio y dedicación por sus bibliotecarios Luis y Emi. Luis Markina es un apasionado de la Cultura con mayúsculas. No concibe un día de su vida sin leer. Devora libros y anota su crítica personal de cada uno de ellos en un meticuloso y particular registro que guarda y consulta. Cuando Emi y Luis decidieron trasladarse a vivir definitivamente al pueblo en el que nació Emi, lo hicieron con su inmensa y preciada colección de libros. Los libros se palpan, se leen, se huelen, se disfrutan y después no pueden quedarse encerrados en cajas. Encontrar un espacio donde poder ofrecerlos al resto de vecinas, vecinos y visitantes del valle era la solución. Cuando un amigo les habló de un autobús que iba a ir directamente al desguace Emi y Luis no se lo pensaron dos veces. Montaremos un autobús-biblioteca en el terreno del tejo. Se llamará El Bibliotejo. Allí puedes encontrar un enorme abanico de libros y revistas: literatura infantil, ensayos, novela, revistas especializadas, mapas, guías de viajes etc. A día de hoy ya han prestado 250 libros. La mayoría de las personas que se acercan son mujeres y cuando alguien acude al Bibliotejo siempre recibe consejo para encontrar el libro que más pueda encajar con lo que está buscando o le apetezca leer. El Bibliotejo recibe muchos donativos de libros, pero no todos se quedan allí. Por las limitaciones de espacio y sobre todo porque quieren mantener calidad entre su oferta, hacen una selección cuidada de los volúmenes que se quedan en sus estanterías.
Abrir una biblioteca en un pueblo es fundamental ya que no es un servicio del que dispongan habitualmente. Antes de la llegada del Bibliotejo las únicas bibliotecas públicas de las Merindades estaban en Villarcayo y en Medina de Pomar. El acceso a la cultura ha de estar disponible para toda la población. Y es que, el Bibliotejo no es solo una biblioteca sino que es un espacio de encuentro y de promoción cultural que organiza actividades, sobre todo pensando en la gente que vive en la zona de manera permanente. Además, Luis nos contó que generan la energía necesaria con una bicicleta. “Pedaleando con ella vamos acumulando la energía en una batería que luego sirve para tener luz y música.” No podía ser de otra forma, para Luis y Emi la bicicleta es una manera de entender el mundo.
En una zona tan despoblada buscar espacios y momentos en los que encontrarse y compartir es imprescindible. Cuando Natalia vino a vivir a las Merindades se instaló en la casa de su padre, un enorme caserón en Montejo de Bricia, uno de los pueblos más alejados y con menos habitantes de la zona. Un universo eminentemente de hombres. Las mujeres no suelen estar en el bar, ese espacio es para los hombres en el que las conversaciones giran en torno a la ganadería y el campo. Natalia venía de otra realidad, tras vivir en Francia bastantes años no podía creer que todavía siguieran tan presentes actitudes machistas y de menosprecio a la figura y labor de las mujeres. Esas mujeres que siempre han estado al frente de las familias gestionando y organizando la economía familiar, buscando alternativas, trabajando en el campo y en casa para salir adelante. Mujeres que siguen sin estar reconocidas, que siguen siendo “invisibles”. Esto no podía seguir así, conocía en la zona a mujeres con muchísimas capacidades, con fuerza y potencial, con vidas para conocer y contar. Unas llamadas de teléfono y propuso un encuentro entre todas para conocerse, hablar, compartir y soñar qué podían hacer juntas. Se reunieron 6 mujeres entre las que estaba Emi. Así surgió Tejiendo Redes.
Emi nos dice, “el propio nombre lo explica todo, se trata de tejer redes entre los distintos pueblos de alrededor y conocernos para hacer cosillas entre todas.” Se plantearon hacer un encuentro a lo grande El Mundo Rural En Femenino y ya llevan tres ediciones. Lo realizan anualmente a finales de junio y cada año trata sobre un tema distinto. Charlas, teatro, ruta en silencio en el bosque, cuentos, juegos, mercado de artesanía, danza, poesía, talleres, comida popular, conciertos… Un evento único y mágico de encuentro para compartir y vivir la celebración. Natalia nos cuenta que con El Mundo Rural En Femenino se consigue “que la mujer haga ruido en el pueblo, que se nos escuche y se nos vea”. Natalia es tejedora, intuye las conexiones entre personas y proyectos más allá de lo que se ve a simple vista. Con su espíritu dinámico y energía creadora anima a la gente de su alrededor a participar y a aportar lo mejor de cada una. Y Tejiendo Redes teje todo el año. Organizan exposiciones y actos culturales entorno al 8M y talleres de formación. Generar espacios y alternativas de participación para las mujeres en el mundo rural es esencial para descubrir las capacidades y potencialidades de cada una. Nos contaron varios ejemplos de mujeres que gracias a Tejiendo Redes se han sentido con la fuerza y confianza suficiente para dar un paso adelante y seguir con firmeza sus sueños.
Llegamos a Gallejones en bici, y la bici nos ha unido a estas tierras. Emi y Luis son amantes, divulgadores e impulsores del cicloturismo de alforjas. Luis hizo su primer viaje en bici con 14 años. Burgos-Santander, cruzando el puerto del Escudo, fue la ruta elegida. Con 18 años ya se lanzó a Marruecos en bici y desde entonces no ha parado de viajar. Para Luis “el cicloturismo es pasión, una forma de vivir, esfuerzo, conocer tus límites, disfrutar de la naturaleza y del silencio, conocimiento de otras personas, y sobre todo es transformación porque cuando viajas vuelves de otra manera a tu casa”. “Además el contacto con la naturaleza, con las personas cuando viajas en bici, los olores como cambian de un país a otro… Hay que salir al mundo y viajar y sobre todo en bici” añade Emi. Luis y Emi han viajado por todo el mundo en bicicleta, es su manera de viajar. Y esto lo comparten a través de las Jornadas El Mundo En Bicicleta que organizan en Burgos desde hace 23 años. Ejemplos e inspiraciones que nos empujan a pedalear. Tuvimos la suerte de compartir cena también con David Blanco, enfermero y cicloviajero. Recoge sus viajes en manuscritos que esconden miles de aventuras, anécdotas y encuentros con personas incomparables.
Luis y Emi son dos personas vitales, enérgicas que ríen y sonríen a la vida constantemente. Bromean, disfrutan de la buena comida, compañía y se rodean siempre de buena música y buenos libros. Fuente inagotable de conocimiento y reflexiones, entusiasmo por la vida que comparten y contagian. Pasando cerca del cementerio de Gallejones había una inscripción que decía “Hoy yo, mañana tú”. Y así es. La vida va pasando, y cada una de nosotras ha de llenar su vida de aquello que merece la pena.
1 Comment
Hola, me parecen interesantes vuestras alternativas.
Soy de la zona, y creo q con personas como.vosotras esa forma de vida tiene mucho futuro.
Gracias
Merche