14 de septiembre de 2019, Caneto
Escuela O Chinebro: educación para cambiar el mundo
Dejamos Aínsa para adentrarnos en el valle de la Fueva que se encuentra escondido entre el Parque Nacional de Ordesa y el Parque Natural Posets-Maladeta, muy próximo al Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara. En este lugar está Caneto, un pueblo abandonado en los 60. En aquellos años se construyó el pantano de El Grado y con ello, las tierras y casas de Clamosa, municipio más grande y con más servicios, se expropiaron y sus habitantes huyeron del lugar. De esta forma, las habitantes de Caneto se quedaron sin servicios ni comunicaciones, así que optaron por la expropiación voluntaria. En los años 80 llegó un pequeño grupo de personas a Caneto y empezaron a reconstruirlo. La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) concedió la cesión de este municipio a la Asociación La Senda que lo gestionaba. Caneto, como Aineto, son ejemplo de repoblación rural aragonesa. Tras unos años, los hijos e hijas de la repoblación, se trasladaron a otros lugares para formarse, conocer y vivir otros contextos. Caneto pasó unos años, de nuevo, solitaria y con poca vida.
Pero, a día de hoy, este pequeño pueblo está lleno de vida, la totalidad de sus casas están reconstruidas y casi 50 personas están viviendo en el pueblo. Y esto no es fruto de la casualidad sino del trabajo y el cariño. Hace unos 5 años, 6 familias decidieron juntarse para criar a sus hijos en Caneto. La mayoría de ellas eran descendientes de allí y querían que sus peques tuviesen una crianza y educación como había sido la suya, en contacto con la naturaleza. Así, decidieron volver a Caneto, ampliar el número de casas rehabilitadas, formar una comunidad de aprendizaje rural y buscar maestras y maestros que les acompañasen en el proceso. De esta forma, en diciembre del 2015, llegaron Bea y David maestras de infantil y primaria y originarias de Zaragoza y Burgos respectivamente. Así nació proyecto educativo O Chinebro: una escuela libre con metodologías activas. Un espacio donde peques y grandes se juntan a soñar, crear, vivir, sentir y aprender.
O Chinebro comenzó, en el otoño de 2016, con 8 peques y David y Bea como maestros con el apoyo de los padres o madres a turnos, como acompañantes. O Chinebro significa El Enebro en aragonés, y el logo de la escuelita con este nombre representa el interior de su semilla. Nos contaban que “cualquier semilla, desde el momento que cae en tierra fértil, con las condiciones necesarias para su germinación, tiene en su interior toda la información necesaria para convertirse en una hermosa planta.” De la misma manera entienden en O Chinebro la crianza y educación de sus hijas e hijos. “Desde pequeñxs ya traen consigo todo ese potencial para poder llegar a ser una persona adulta. Si les dejamos libertad para crecer, ellxs, mejor que nadie, sabrán qué necesitan aprender y en qué momento hacerlo. Tan sólo tendremos que abonarles su espacio de amor, respeto y unos límites que les den seguridad.”
Bea y David, las personas que participaron en el proyecto desde sus inicios, son nómadas y aventureras, han viajado por muchos lugares de España y Latinoamérica para formarse y aprender sobre educación libre. David nos contó que le dio un vuelco el corazón y la cabeza cuando conoció Escuela del Bosque La Paloma, Uruguay, con sus raíces de Escola Viva Inkiri en Brasil en la que se hace acompañamiento respetuoso, “allí descubrí el concepto de educación con acompañamiento emocional”. Son varios los proyectos, movimientos o autores en los que se apoya O Chinebro: desde los famosos materiales de María Montessori o la pedagogía activa de Rebecca Wild hasta las nuevas investigaciones de neuroeducación que defienden “la emoción como base del aprendizaje” de Francisco Mora, o la idea de Humberto Maturana del “organismo vivo” como ser “autopoiético”, es decir, capaz de “hacerse a sí mismo”. Para Bea “la educación alternativa no se puede sistematizar, no hay una receta o una fórmula única”. Lo principal y más importante es estar en la escucha activa, “no sirve ninguna metodología pedagógica si no se está en la escucha de los propios niños y en la tuya para saber desde dónde acompañas”.
El proyecto educativo O Chinebro tiene 5 pilares:
- Es una Comunidad de aprendizaje rural refiriéndose como tal a que las propias familias son parte del aprendizaje y educación. No solo hablamos de la toma de decisiones para la escuelita, sino que se considera que, en este espacio, las personas adultas pueden también compartir experiencias y propuestas con el resto. Un espacio “donde podamos desaprender y reaprender otras formas de acercarnos a la educación. Donde podamos dejar de lado los miedos y confiar más en grandes y peques. Donde hagamos del conflicto una oportunidad de aprendizaje y crecimiento”, dicen desde O Chinebro.
- Que utiliza Metodologías activas. Entendiendo que el alumno forma parte del proceso de enseñanza-aprendizaje. David nos comentaba que “la utilización de metodologías activas no solo significa dejar de usar libros. No me sirven de nada metodologías que se basen en robótica y pizarras digitales”. Es un concepto que implica mucho más, que se basa en que las peques son las propias protagonistas de su proceso de aprendizaje fomentando el espíritu crítico en lugar de solo las capacidades memorísticas y la resolución de problemas relacionados con la vida real.
- En un Entorno natural aprovechando el juego y posibilidades del lugar para el aprendizaje y crecimiento individual y colectivo. Como vimos con el Bosque Escuela Caxico, formarse en contacto continuo y consciente con la naturaleza que nos rodea y de la que formamos parte es esencial para desarrollar una vida emocional sana. Su filosofía se basa en el hecho de que es fundamental que las niñas y los niños aprendan a conocerse a sí mismos y sus emociones, enseñando a relacionarse de manera respetuosa con la naturaleza y con los demás. Además, la conciencia ecológica es algo que impregna la escuelita e incluso las instalaciones con las placas fotovoltaicas y el baño seco.
- Y de Libre circulación creando los ambientes de aprendizaje pertinentes para que el alumnado pueda ir de uno a otro satisfaciendo sus necesidades. Este tipo de ambientes son entornos estimulantes donde los niños pueden moverse libremente, elegir y desarrollarse de una forma natural en relación a sus intereses y motivaciones.
- Y, sobre todo, haciendo un Acompañamiento emocional, principio clave adaptando el aprendizaje y la educación a la situación emocional de cada una. Un espacio en donde las peques se encuentren cuidadas, preparado para su momento vital, sus necesidades de exploración, en compañía de otras niñas y niños y de adultos que les acompañan en sus procesos. Como pilar base en esto se encuentra la confianza en las personas que lo acompañan.
Bea nos decía que preparándose las oposiciones para maestra de infantil se dio cuenta de que los principios metodológicos que recoge la orden del Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón coinciden perfectamente con lo que estaban ya haciendo en O Chinebro: los procesos de enseñanza deben tender a enfoque globalizador e integrador; la Educación infantil constituye una etapa con identidad propia; el papel activo del alumnado es uno de los factores decisivos; el papel del educador será decisivo en este proceso siendo necesaria una actitud equilibrada, impregnada de afectividad y disponibilidad en las relaciones con el alumnado, etc. Son claros ejemplos de la base de partida de su idea de educación.
Todo el trabajo y esfuerzo de la comunidad O Chinebro está dando sus frutos. Después de escasamente 3 años, a día de hoy son 10 familias las que forman parte de este hermoso proyecto educativo y este curso ha empezado la escuela con 19 peques entre 2 y 10 años. Un claro ejemplo de la frase de Gustavo Duch que dice: “planta un colegio y te crecerá un pueblo”. Tanto que, este año, ha pasado a ser una escuela pública. Bea, después de las oposiciones de este año, seguirá ocupándose de la parte infantil. Y Andrea, nueva en este proyecto, acompañará a las peques de primaria. En este hermoso lugar, la Escuela Pública de Caneto trabaja sin atender a expectativas, juicios u objetivos ajenos a los que tengan las niñas y niños. Donde se sienten libres de ser quienes son, y se les permite actuar desde la confianza en ellas, al ritmo de cada una y según sus propias necesidades. Con la creación de esta pequeña escuela, en una pequeña aldea, estas 10 familias, están aportando su semilla para poder cambiar el mundo. Como dice Galeano y es un mantra para nosotras “mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas puede cambiar el mundo”. Y, como dicen en Caneto y es el título de uno de los libros de Claudio Naranjo, creemos que hay que “Cambiar la educación para cambiar el mundo”.