22 de julio de 2019, Cabranes, parte II
Kikiricoop: Poner la vida en el centro
Nuestra siguiente visita en Cabranes nos llevó a Kikiricoop donde conocimos a Vero y Sergio. Vero, antropóloga y educadora social, es originaria de Amieva, un pueblito de 30 habitantes cerca de Cangas de Onís. Salió de allí con 18 años para estudiar y después de dar vueltas por el mundo decidió volver a la ruralidad. Ha estado muy vinculada a movimientos sociales, desde Madrid hasta Chiapas siempre ha sido una persona activa y comprometida. “Yo recuerdo etapas de mi vida en la que la gente cuando sabía que era de pueblo decía, no me lo puedo creer ¿tú eres de un pueblo de 30 habitantes? Y yo pienso, pero, ¿qué tipo de gente te crees tú que emerge de un pueblo? ¿Qué construcción tenemos en la cabeza sobre lo que son los pueblos?“ Sergio, madrileño de origen lleva más de 17 años en Asturias. Informático de formación y cocinero de corazón estuvo un tiempo compaginando ambos trabajos ya que las condiciones en hostelería son muy precarias.
Sergio estuvo muy vinculado con Gabitu, un grupo de trabajo de la Asociación “El Prial” en Infiesto que trataba de recuperar el sector de la avellana a través de la puesta en valor de este producto en Asturias. Realizaban distintas actividades entre las que destacaban el Festival de la Avellana y la Escuela del Avellano con personas mayores, enseñanzas sobre el manejo del avellano a personas jóvenes, recuperación de variedades locales y plantaciones. Sergio, aparte también estaba en un grupo de consumo, y le vino la idea “¿y por qué no hacer crema de cacao con avellanas?” Así nació Asturcilla, ecológica y neopaisana. Esta deliciosa crema se prepara con leche ecológica de las vacas de Alejandro de Nava, aceite de girasol ecológico y panela y cacao ecológicos y de comercio justo. Tenían muy claro que querían que Asturcilla fuera un producto que protegiera el medio ambiente y que sus ingredientes respetaran los derechos de las personas que trabajan en el campo. Pero el criterio fundamental era que la mayor parte de lo que va dentro del bote fuese producto local. Eso lo consiguen con la leche y la avellana.
Una de las potencialidades de Asturcilla era dar salida y poner en valor las avellanas locales. Asturias tiene unas condiciones extremadamente favorables para el avellano, que crece espontáneamente (formas silvestres) o es cultivado por los agricultores en las orillas de los ríos o en los bordes de las fincas. En el pasado el avellano fue un cultivo muy importante. Las variedades locales que se conservan actualmente en Asturias son Amandi, Casina, Grandona y Espinareu. A partir de principios del siglo XX su cultivo empezó a descender debido a las importaciones de avellana y al éxodo de la población rural. El abandono del cultivo lleva asociada la pérdida de las variedades locales que los productores han ido seleccionado y multiplicando durante muchas generaciones. A día de hoy, más que de un cultivo, se puede hablar de un aprovechamiento secundario.
Vero nos explicó que apostar por el uso de avellanas locales es un todo un reto. Para poder descascarillar las avellanas locales tuvieron que ir hasta Croacia para encontrar una máquina que se adaptaran a sus volúmenes. Las que encontraban aquí son de la gran industria de los frutos secos enfocada a la producción de turrón. Y hay más problemas, “es difícil encontrar productores que puedan vender una cantidad mayor de 5 kg. Además, las variedades locales no están registradas y por tanto, si quieres poner una plantación comercial o consigues una estaca y lo haces tú o en los viveros te proveen de variedades propias del Mediterráneo.“ Por estos motivos, una parte de la avellana que utilizan proviene de una cooperativa catalana, ya en grano y certificada en ecológico.
Sergio, aparte de ser el ideólogo de Asturcilla, siempre había pensado que sería una gran idea organizar un proyecto que utilizara excedentes y productos locales para cocinarlos y venderlos. Coincidió con Íñigo y María y empezó a colaborar con el catering Con-fusión que seguía esa misma filosofía. Con-fusión comidas sigue funcionando ahora desde Cabranes. Centran su actividad en preparar catering para eventos con tendencia ecológica y vegetariana con productos locales y de temporada, pero con recetas distintas incluyendo cocina intercultural. Utilizan productos de comercio justo y en su filosofía está rechazar el uso de plástico desechable. Atienden siempre las demandas de diversidad de dieta y ofrecen opciones vegetarianas, veganas y para distintas intolerancias. Sus servicios cada vez están más demandados ya que es el único catering en la zona con base ecológica y local.
Cuando Asturcilla y Con-fusión comidas fueron tomando forma y viendo que su propuesta tenía muy buena aceptación, surgió la necesidad de mejorar las instalaciones. Rápidamente vieron el potencial de unirse en cooperativa de trabajo asociado para compartir la cocina y transformación. Así surgió la cooperativa Kikiricoop. Tenían muy claro que con Kikiricoop no querían repetir roles y dinámicas que habían visto y vivido y por ello desde un principio trabajaron para establecer unos pilares claros de funcionamiento: colaboración horizontal, transformación de los excedentes del entorno, establecer relaciones estables con los productores, integrarse en la economía social y solidaria (que pone en el centro a las personas y al medio ambiente) y seguir las pautas de la Economía Feminista, que pone la vida en el centro y por tanto incorpora tanto los trabajos productivos como los reproductivos y de cuidado en la dinámica de la cooperativa. Actualmente la integran Sergio, Vero, Guillaume, Íñigo y María todas con hijas e hijos a su cargo. Han incluido el cuidado de la infancia dentro de los turnos remunerados de trabajo que van rotando periódicamente, una manera clara de incorporar los trabajos reproductivos de una manera práctica.
Vero nos contó que en Asturias existe una sensación de que en el mundo rural no hay futuro. “Nosotras de alguna manera queremos colarnos en la narrativa desde otro punto. Intentar encontrar referentes.“ Por eso se ha creado el movimiento Resistencia Neopaisana. Se definen como “un grupo de personas que compartimos un territorio, la Asturias rural, y una visión común: que el mundo puede cambiarse desde lo local, que es posible una economía justa y que si nos unimos y trabajamos juntas el cambio es imparable.“
Nuestro paso por Cabranes fue una bocanada de aire fresco lleno de esperanza. Una muestra de que hay ejemplos de como las nuevas generaciones apuestan de manera decidida por el mundo rural poniendo la vida en el centro, y como ellas mismas dicen:
Frente a la imposición de emigrar del pueblo
Volvimos o nos quedamos
Frente al desprecio por el pueblu y de los del pueblu
Lo reivindicamos
Frente a la afirmación que el mundo rural está muerto
Nos miramos
Y nos vemos muy vivas
Transformando y transformándonos
Y esperando lo que queda por venir
Frente a la invisibilidad de les muyeres
En el mundo rural como en todas partes
Nosotres decimos:
El nuestru futuru será feminista o no será
Frente a la explotación de otras tierras y persones
Pa alimentar la nuestra abundancia
Nosotres proponemos la Soberanía Alimentaria
Frente al crecimiento ilimitao
Y otros cuentos del capital
Nosotres sabemos que eso ye imposible
E indeseable
Y que muchos proyectos pequeños
Son meyor que pocos grandes
Que hay que poner la vida en el centro
Por nosotres y por toes les nuestres compañeres
Por nosotres y por la tierra que nos sustenta
por un mundo rural vivo
resistimos
y aspiramos a ser, algún día,
paisanes