Para celebrar que ya habíamos recorrido la mitad de los kilómetros que nos propusimos pedalear, quisimos reunirnos en Casa Niembro para intercambiar impresiones y evaluar las experiencias con los más de 10 productores que conocimos en Asturias de la mano del COPAE. En este encuentro de celebración nos reunimos con las personas que trabajan en varios sectores de la producción ecológica: ovino, caprino, vacuno, leche, carne, frutales, huerta y distintos alimentos elaborados de forma artesanal en diferentes puntos de la región, desde el suroccidente hasta el oriente de Asturias.
“¡Madre mía qué ruta os queda! El Alto de Ortigueru y subir hasta allí es una buena paliza” Esto nos decía la gente cuando se enteraban de que nuestra penúltima parada en Asturias nos llevaría a Casa Niembro en Asiego. Y no les faltaba razón, el Alto de Ortigueru con 400 m de desnivel y el repechón de 200 m hasta llegar al pueblo hicieron que nuestras piernas se reactivasen y nuestros ojos disfrutaran con vistas inigualables. Estábamos entrando en la zona de Picos de Europa y nos esperaba Asiego, un pequeño pueblo a 425 m de altitud con vistas espectaculares del Picu Urriellu (Naranjo de Bulnes). Esta zona es famosa por sus quesos, especialmente por El Cabrales, y por la sidra. Con estos dos productos estrella no parece raro que, a Manolo y a Javi, hermanos Niembro y geógrafos, se les ocurriese montar la Ruta l’Quesu y la Sidra, ¿verdad?
Cuando eran jóvenes los padres de Manolo y Javi los orientaron a que marchasen del pueblo y se formasen en la ciudad. Muchas veces los jóvenes de los pueblos y aldeas van a las ciudades a estudiar o trabajar y no vuelven, es un viaje sin retorno. Pero el caso de los hermanos Niembro fue lo opuesto: fueron a Oviedo, estudiaron y volvieron al pueblo para poner en marcha una iniciativa innovadora con el título de geógrafos bajo el brazo que les permitía mirar a Asiego, su tradición e historia, de una forma más completa. Así, en julio de 1999, nació La Ruta´l Quesu y la Sidra. Desde hace 20 años miles de personas han disfrutado de este magnífico recorrido, “un viaje al mundo de Guillermina (su abuela) a través del paisaje, la gastronomía y la cultura asturiana”, como ellos dicen.
La ruta comienza visitando una quesería donde se elabora queso Cabrales. Una parada para entender la importancia de la ganadería y del mundo rural. Como reflexionaba Manolo es importante que no sean solo fuente de materias primas para proveer a la industria, sino un lugar de producción y transformación para la elaboración de productos finales, como el queso Cabrales. También se visita la cueva de maduración de Cabrales. Para llegar a obtener un queso Cabrales de calidad, cremoso y de sabor intenso pero no picante, debe madurar, unos 4 meses, el tiempo debido en un lugar con humedad y temperatura adecuada para que lo mohos transformen las grasas y proteínas.
Después, se sigue con un paseo por el pueblo para conocer la organización tradicional de las zonas rurales en Asturias con caserías, quintanas, parroquia y concejo y cómo han afectado los cambios sociales acontecidos en los pueblos en el último siglo. “Una comunidad campesina es una pequeña sociedad de familias perfectamente organizada vinculada a un territorio que buscaba el objetivo de ser autosuficientes. Lo eran en el conjunto como comunidad y en cada una de las unidades que la forman que son las caserías. Siendo su producción diversificada y teniendo capacidad técnica y legal para aprovechar de forma integral los diferentes recursos que ofrece el territorio, para su transformación y comercialización. Con lo cual, no hacían falta otros canales de comercialización y se aprovechaba todo el valor añadido de esas producciones”.
Ya para terminar, el grupo se dirige al llagar, donde se desvelan los secretos de su sidra Casa Pamirandi que lleva elaborándose desde 1968 por su progenitor, Manolo Niembro. En 2005 Javi se dio de alta como joven agricultor para plantar manzanos y seguir con las riendas del llagar. Tienen 5 pomaradas, 550 árboles, con 16 variedades de manzanas en ecológico, por supuesto. En el llagar disfrutamos de unos culetes y de todas las explicaciones pertinentes para hacer hambre y terminar con una espicha en el Restaurante Casa Niembro.
Casa Niembro, hace años, era un bar tienda y estaba regentado por su madre. Servía como lugar de encuentro y proveía de los productos que no había en el pueblo a vecinas y vecinos. Su padre, era albañil y hacía sidra. Pronto vieron que el turismo rural podría ser una fuente de ingresos complementaria, una forma de poner en valor su territorio.
Cuando en 2011 los padres de Manolo y Javi se jubilaron y dejaron el bar-tienda, los hermanos decidieron coger el relevo junto con Clara. La base de su cocina es la gastronomía tradicional asturiana. También ofrecen la posibilidad de comprar quesos de la zona y sidra Casa Pamirandi. “Antes, el bar-tienda vendía cosas de fuera para la gente de aquí. Y ahora vendemos cosas de aquí para la gente de fuera” nos dijo Javi. Clara, tenía estudios en hostelería y decidieron que el chigre familiar se convertiría un chigre asturianu y un restaurante de casería al mismo tiempo. Cuando a Clara le diagnosticaron que era celiaca lo tuvo claro: Casa Niembro sería una cocina sin gluten. Y se han convertido en un reconocido restaurante que ha recibido diversos premios y con una carta 100% libre de gluten.
Tuvimos la suerte de disfrutar con sus delicias culinarias que se derriten en la boca: Quesu Cabrales, tortos de maíz con picadillo, boronu… No dejéis de probar su especialidad de Cordero Xaldo a la Sidra, corderos criados por ellos mismos en los pastos de Asiego. Y por supuesto, acompañarlo con Sidra Pamarandi muy frutal, menos ácida y sin el toque de amargor final que sentimos en otras sidras.
Clara, Manolo y Javi han conseguido un proyecto integral que nos transmite los valores ancestrales de la comunidad campesina y sus ritos a través de la gastronomía y la cultura rural. Guillermina era su abuela materna. Como nos contaba Manolo, “los abuelos eran, en la sociedad tradicional, los que se quedaban con los nietos mientras los padres trabajaban, los que transmitían los conocimientos. Los abuelos se dedicaban a contar, a explicar a los nietos cómo funcionaban las cosas. Y para nosotros fueron los que nos contaron cómo era aquel mundo del que ellos venían muy diferente al que nosotros vivíamos y al mundo actual” Y ese mundo tradicional, honesto, sostenible y complejo es el que descubrimos cuando visitamos Casa Niembro.
Leon Tolstoy ya muestra en sus obras la observación del campesinado, su escucha y la reflexión global a través de él. Casa Niembro es un claro ejemplo de ello que además acercan toda esta cultura campesina a quien quiera empaparse de ella. “El campesinado formaba comunidades autogestionadas desde el punto de vista político basadas en un sistema asambleario, el conceyo abierto, con la participación de todos los vecinos para la toma de decisiones. Y no solo para la toma de decisiones, sino también para ejecutar trabajos de forma obligatoria para la comunidad. Todo esto con la organización actual del Estado, que parte del Estado liberal, se va destruyendo. En eso consiste el progreso actual del sistema político, en quitar el entramado institucional en el que se basaban estas comunidades campesinas. La crisis rural no es una crisis económica, por falta de recursos, sino una crisis asociada al cambio en el modelo político y socieconómico del campo”, nos dijo Manolo. Una vez más aprender del pasado para caminar el futuro. Muchas veces pensamos que la gente abandona el mundo rural por la falta de recursos, por las incomodidades, porque la ciudad ofrece más posibilidades de trabajo, etc. Pero realmente la gente se va porque no tiene los instrumentos de gestión adaptados a este tipo de territorio ni las formas de organización política que serían necesarias. “La crisis del campo no es una crisis económica, es una crisis institucional”