Llegamos a Tudela el lunes 3 de junio. En Tudela viven más de 35.000 habitantes y está llena de vida y propuestas en torno a la sostenibilidad por doquier.
La primera visita fue a Recicleta Ribera, una asociación que apuesta por el uso de la bicicleta urbana y apoya los medios de transporte alternativos al coche. Con un taller de autoreparación y la bicicleta. También aceptan donaciones y arreglan bicicletas para personas sin recursos o en riesgo de exclusión social. Y es que en Tudela sentimos un ambiente de respeto y convivencia entre ciclistas y peatones. ¡Buen trabajo Recicleta!
Después nos encontramos con Santi y Juanjo, de la Fundación Mascotas Verdes. Una entidad que aglutina a gente muy diversa, muchas de ellas jubiladas, interesadas en la huerta, en la recuperación de los saberes y sabores y en poner el alimento y su origen en el centro. Son una entidad muy activa, y entre sus actividades está la Verducleta: una bicicleta adaptada que lleva el huerto al patio del colegio para despertar el interés del huerto utilizando el tiempo de recreo.
Empezamos la tarde visitando Ekilikua, una iniciativa que nos ha inspirado y emocionado. Eneko e Itziar son dos profesionales del trabajo social que observaron la falta de material específico en las escuelas para trabajar temas de comercio justo, convivencia, consumo responsable y sostenibilidad. Así que, se pusieron manos a la obra y en 2005, autoeditaron su primer material: un juego de mesa cooperativo para divertirse adultos y peques y trasladar la educación en valores a la familia. Desde entonces siguen con muchísimo cariño, profesionalidad y compromiso creando juegos y diversos materiales que hacen pasar buenos ratos cooperando con un objetivo común: divertirse y entender el mundo en el que vivimos. Con Eneko e Itziar pasamos un buen rato jugando a “Los tesoros de África” y “Las Brujas de Farrabús”. No dejéis de visitar su página web para descubrir las deliciosas y cuidadas ilustraciones de Eneko, los mensajes y reflexiones de sus calendarios y agendas y, por supuesto, conocer sus juegos. Todos los fabrican en casa utilizando siempre que es posible materiales reciclados o sostenibles y trabajando exclusivamente con empresas locales. Un lujo para Tudela contar con esta “magia de la diversión”.
Llenas de emoción pedaleamos hacia La Mejana, una zona de huerta tradicional en la periferia de Tudela pegada al río Ebro. En esta huerta hace tiempo que las parcelas se están quedando vacías. Cada vez son menos las personas que siguen cultivando esas huertas. Desde el Ayuntamiento tomaron el compromiso con la sostenibilidad y su recuperación. Así se creó la Escuela de Sostenibilidad que aglutina las actividades ambientales de Tudela en torno a la huerta tradicional y que coordina Colectivo Helianto con quienes plantamos un nectarino. Entre las actividades propuestas está la Huerta Social La Mejana que funciona desde el 2018. Un espacio acondicionado, dividido en 26 parcelas, cedidas a vecinas y vecinos para que las cultiven con métodos agroecológicos. Allí descubrimos el potencial de la huerta para crear espacios comunitarios: gentes de diferentes edades, procedencias, profesiones e intereses. Un espacio de convivencia y de encuentro, de compartir aprendizajes y de trabajar para la Soberanía Alimentaria.
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Muy interesante. Hay que potenciar todas estas iniciativas, para que se vayan consolidando. Que no se queden a mitad de camino