23 de septiembre de 2019, Bajo Aragón
Bajo Aragón: Cave Cane, Fabara, Nonaspe, la fuerza del pueblo
Pedalear por Monegros es una experiencia única. Nos sorprendió la particular belleza de este paraje árido e inhóspito. Durante más de 20 km, entre Perdiguera y Nuez de Ebro no vimos ninguna población, un espacio abierto rodeado de tierras de cereal ya cosechadas y pequeñas colinas con manchas alternadas de de especies endémicas. Un lugar en el que nuestras piernas y nuestra mirada pudieron descansar de los últimos meses en los que hemos pedaleado zonas de montaña, valles cerrados y desniveles acusados. En esta zona destacan 4 paisajes bien distintos: los bosques de ribera que bordean los meandros del Ebro, grandes extensiones de cereales, colinas esteparias y las saladas. Llegamos a Velilla de Ebro después de cruzar Monegros desde Leciñena. Y allí, nos recibieron Miriam y Pilar de Cave Cane.
Cave Cane es una asociación para la defensa del medio ambiente y desde hace 10 años realizan actividades de conservación de la naturaleza. Está formada sobre todo por gente joven de pueblos de la zona: Velilla de Ebro, Gelsa, Fuentes de Ebro… Gentes orgullosas de sus pueblos, su paisaje y su identidad. La naturaleza que les rodea, mezcla de ribera y estepa, tiene un gran valor medioambiental y paisajístico, por eso, su objetivo es conocerlo y darlo a conocer. Hacen un gran trabajo de investigación sobre su patrimonio, se apropian de él y lo ponen en valor. Una labor parecida a la que conocimos con nuestras amigas de El Colletero y PANAL.
Con Miriam y Pilar, parte importante del alma de Cave Cane, pudimos descubrir la belleza de un ecosistema muy singular, la estepa monegrina. Miriam nos decía: “la estepa es un ecosistema muy maltratado y poco valorado. Algunas personas lo desprecian porque no lo conocen y no se dan cuenta de que ese mal llamado secarral es un ecosistema único en el mundo, muy valorado fuera de nuestras fronteras y lleno de una vida natural salvaje y de una historia brutal de superación y supervivencia del ser humano.” Pudimos apreciar todo ese gran valor. Visitamos una de las saladas, en la que viven los crustáceos prehistóricos Artemia Salina. Nos sorprendió profundamente este paisaje tan peculiar, ¡es el conjunto de lagunas saladas más extenso e importante de Europa! Durante la visita también vimos un sabinar enorme con sabinas centenarias que sobreviven al paso del tiempo y de los seres humanos. Apreciamos la labor del ser humano en este paisaje a través de las construcciones llamadas parideras o mases, que es la abreviatura de masada, construcciones en el campo donde se trasladaba la familia durante la época de siembra o cosecha. Vías antiguas romanas, trashumantes y hoy, caminos rurales y de montes nos guiaron por un espacio donde el factor limitante para la vida es el agua, y ahí intervienen las construcciones tradicionales para almacenarlo: balsas, aljibes, pozos… Lugares muy apreciados por la fauna y las aves. Por ello, la estepa monegrina es un paraíso para amantes de la ornitología.
Mediante el voluntariado, Cave Cane interviene en el medio natural, en las zonas que consideran de gran valor medioambiental y que están degradadas, expuestas a la erosión y a la pérdida de suelo. La reforestación con especies autóctonas es una manera muy valiosa de intervenir en el medio, así se evita la pérdida de especies endémicas en esta estepa de gran valor ecológico. El mantenimiento posterior depende, al principio, de ofrecer a algunas zonas riego de apoyo. Así los primeros años garantizan la adaptación de las especies. A día de hoy, están centrando sus esfuerzos en un nuevo proyecto El Corredor Biológico. Con este proyecto, aparte de conocer y poner en valor el medio natural, quieren hacer lo mismo con el patrimonio hidrológico estepario y la antigua cultura del agua. Y así, recuperarlo y hacer rutas que unan los distintos elementos arquitectónicos relacionados con el agua. Además, han construido una balsa aprovechando los regueros de recepción de agua de los valles en desuso que sirva como refugio para toda la rica fauna esteparia: pájaros, reptiles, mamíferos etc. También, para evitar erosión, se está repoblando con plantas autóctonas.
Para nosotras, descubrir Velilla de Ebro, la estepa monegrina y las acciones de Cave Cane fue un chute de energía y esperanza. Gente joven conociendo y valorando su territorio. Y no solo eso, sino sacándolo fuera, mostrándolo para dar a conocer este hermoso lugar único en el mundo.
De Cave Cane en Velilla de Ebro pusimos rumbo a Fabara. De un movimiento social y vecinal que actúa desde la base pasamos a juntarnos con Francisco Javier Domenech alcalde de Fabara desde 1999. Francisco nos contó que Fabara, a día de hoy, es eminentemente agrícola y famosa en el mundo entero por su técnica de coser balones de fútbol. “La técnica que aquí se utilizaba para coser balones era única y Adidas la copió. Hubo gente de Fabara que fue a Estrasburgo a impartir talleres de curtido de cuero específico para balones, técnicas de fabricación de piezas y cosido a mano de todo” nos contaba Francisco. Actualmente, la agricultura y la ganadería son el sector predominante gracias a la fruta y a las 1.000 hectáreas de regadío. Nosotras, en concreto, fuimos a conocer Fabara por otro motivo, por su depuradora ecológica.
Desde 2003 en Aragón los municipios están obligados a tener su propia depuradora. Desde el Gobierno de Aragón se estableció un plan para la construcción de las depuradoras y la gestión de las aguas residuales promoviendo la instalación de depuradoras extremadamente grandes, con un coste que “ningún pueblo tiene dinero para pagar, ni la instalación ni el mantenimiento. En Fabara nos negamos en redondo a aceptar un plan que vulneraba la autonomía municipal y que iba claramente en contra de los intereses de los vecinos” nos decía Francisco. Los habitantes de los municipios que entran dentro de este plan del Gobierno de Aragón, tengan o no depuradora, deben pagar un canon por el saneamiento de aguas, el Impuesto sobre la Contaminación del Agua (ICA) con distintos porcentajes. En la actualidad, muchos municipios pagan, pero no tienen depuradora ya que solo se han construido en los municipios más grandes. Según la Constitución, la responsabilidad de la gestión de aguas residuales recae sobre las entidades municipales, así aquellos que no tienen depuradora, deben pagar multa a la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) (entidad encargada de la supervisión). El resultado es que los pueblos más pequeños, y por tanto los que tienen menos ingresos, pagan el ICA pero no tienen depuradora y a la vez pagan las multas anuales de la CHE. Fabara nunca quiso entrar en este engaño y apostaron por construir su propia depuradora ecológica con ayuda de un grupo de investigación de la escuela de Ingenieros agrónomos de la Universidad Politécnica de Madrid. De esta colaboración surgió la depuradora Tipos Fabara, que ha recibido diversos reconocimientos por sus diseño y simplicidad.
En la planta biológica de Fabara el agua residual llega hasta un un pozo para la decantación que permite homogeneizar las aguas y que los sólidos decanten. Posteriormente el agua a depurar pasa por 18 canales en los que crecen aneas, plantas capaces de convertir el amoniaco en nitrato. De esta forma, es capaz de depurar, con las mismas prestaciones que una artificial y hasta diez veces más barata. Otra iniciativa de Fabara que nos encantó fue que tanto en los márgenes de la depuradora como en márgenes de caminos municipales se han plantado árboles frutales (parras, higueras, nectarinos, melocotoneros, granados, azufaifos, membrillos…) de variedades locales. Es la brigada de servicio del Ayuntamiento la que se encarga de cuidarlos y la fruta que ofrecen está a disposición de las vecinas y vecinos que deseen ir a recogerla y gozarla.
Además, cada año, el Ayuntamiento de Fabara contrata a jóvenes del pueblo para que se encarguen del mantenimiento de las aneas. De esta forma, saben lo que cuesta ganar dinero y están implicados en el mantenimiento de su pueblo. Francisco, como alcalde, nos hablaba sobre la importancia de “fomentar el nacimiento de personas autónomas, responsables y autosuficientes, que caminan por la vida seguras” en nuestros pueblos.
Una sociedad implicada con su pueblo descubrimos también en nuestra siguiente visita: Nonasp, un pueblo agrícola en el que las condiciones del campo siempre han sido muy duras. Un elemento clave para el desarrollo de Nonasp ha sido la existencia el ferrocarril. Por él viajaba la gente, llegaban las mercancias y aterrizaban las novedades en el pueblo. Desde la Asociacio Amics de Nonasp trabajan día a día por recuperar y poner en valor su patrimonio y cultura etnológica. Un pueblo que conoce y valora su historia. Y, por ello, han creado un Museo Etnológico que nos dejó boquiabiertas. Recuperaron una casa que tenía una bodega de piedra seca y en sus cuatro plantas han instalado una exposición de más de 400 m2. En el museo empezamos visitando la planta baja para conocer todos los aperos de labranza y vida cotidiana, incluso una bodega con su prensa. En la primera planta se simula una vivienda con su hogar, cocina, y habitación. Y más arriba, la segunda planta, es una obra de arte en la que se recrean espacios comunes: la tienda la peluquería-barbería y la escuela en versión doble una que revive los tiempos de la II República y otra que revive la escuela de los años 50, con Franco al mando. Por último, escondido, se encuentra un pequeño y valioso homenaje al tren que tan fundamental ha sido en la vida del pueblo.
Compartimos el día con Hipolit, Manolo y José María. “Nos hemos juntado unos cuantos con ganas de pasarlo bien y sacar adelante ideas” nos decía José María, miembro fundador y motor del museo. Manolo, por su lado se encarga más de recuperar la historia y para él “lo importante es disfrutar haciendo cosas interesantes con amigos”. Hipolit es quien lleva todos los temas de papeleos y gestiones y nos contaba que “hacer cosas para el pueblo es algo que nos estimula”. Luis, que fue quien nos invitó a conocer este precioso pueblo y la magnífica labor que hacen desde la asociación, es el puente de unión con la ciudad de Zaragoza. Cerquita del museo han recuperado también un par de espacios: la antigua oficina de correos, un pequeño habitáculo en el centro del pueblo que recrea de todo: uniformes, buzones, albaranes, sellos, carteras, sobres, etc.; y la prisión con un foso cerrado que te remueve todas las entrañas.
Desde la Associació Amics de Nonasp no solo recuperan patrimonio, sino también recuerdos. Por eso, hay una galería de fotos en blanco y negro de los casamientos de las parejas de Nonasp entre 1874 y 1969. Más de 400 fotos que hacen un mosaico de recuerdos y alegrías. Y, fanáticos de estos recuerdos, recuperaron también la Sinfonola que había en el bar el Xiringuito. Ahí termino nuestra visita a este maravilloso pueblo. Con música y baile, sorprendidas del valor de cada uno de los rincones rurales de nuestras tierras.
Conocer estas iniciativas en el Bajo Aragón nos hace pensar y reflexionar sobre los movimientos vecinales y su valor para mantener un tejido social vivo. Un empuje desde abajo para avanzar hacia una sociedad justa y equitativa en la que todas las personas formemos parte y podamos adquirir nuestras responsabilidades y derechos. Francisco, el alcalde de Fabara nos decía “la sociedad no se puede basar en la servidumbre. Todo Proyecto político es, en última instancia, un proyecto educativo de la sociedad que quieres”. Gentes que se agrupen para colaborar hacia el bien común y administraciones que apoyen los movimientos vecinales son fundamentales.