10 de agosto de 2019, Karrantza-Ahedo
Muturbeltz: pastoreo y arte, dos pasiones unidas
Hasta Ahedo, otro de los barrios de Karrantza fuimos para conocer la bicirueka y la bicikarder. Dos “esculturas artísticas”, dos bicimaquinas que usando nuestras piernas como motor hilan y cardan la lana de la oveja cara negra, mutur beltz. Vimos como se puede unir arte, tradición y uso de los recursos locales. Y es que, no solo de vacas vive (o vivía) Karrantza, de hecho, una de las ovejas autóctonas de Euskadi lleva su nombre: la oveja Karrantzana. Hay dos tipos de oveja Karrantzana: la de cara roja y cara negra. Sus características principales son su perfil convexo, orejas largas y que se adapta muy bien a lugares de acceso medio y elevada pluviometría. Una oveja muy apreciada por su leche para el famoso queso de Idiazábal.
La oveja Karrantzana de cara negra, la mutur beltz está en peligo de extinción. Avascane es una asociación que nació para la defensa y protección de la crianza de ganado. Organiza cada año un encuentro de pastores en el valle de Karrantza, Artzai Topaketa, y los últimos 3 años Laurita Siles y Joseba Edesa, se incorporaron a la organización y le dieron un nuevo enfoque, añadiendo mercado de productores, performances, encuentro de hilanderas, comida popular y elementos vinculados al arte y la cultura. Creando un encuentro artístico agropastoril desde entonces.
Laurita es originaria de Marbella. Llegó a Euskadi, por primera vez, hace 16 años. Al tiempo volvió y comenzó su Tesis Doctoral “El uso del folklore como búsqueda de identidad en la creación artística de la era global. Desde una perspectiva diferencial entre los casos vasco y andaluz en obra de carácter sonoro” que presentó en 2017. Un estudio teórico y práctico-creativo del folclore. Laurita nos contó cómo la palabra folklore fue inventada por las clases altas a mediados del siglo XIX. “Se refería a los «modos de hacer» con los que una comunidad étnica se sentía identificada; los vestigios de un pasado necesario para construir el sentimiento de pertenencia a una comunidad. (…) A día de hoy, el folklorismo, en muchos casos, cumple la función de combatir o cuanto menos contrarrestar la homogeneización cultural producto de la globalización. El folklore renace así como respuesta a la amenaza de la desaparición del legado cultural que impone la industrialización en el marco de un nuevo modelo de sociedad marcada por la cultura urbana.” Laurita hace uso del término folklore desde una perspectiva elástica y móvil, sujeto a una (re)construcción permanente, rompiendo los límites entre lo culto y lo popular. A lo largo de su trayectoria artística Laurita ha utilizado esta visión de folklore cambiante para realizar numerosas performances por todo el mundo. Un ejemplo de ello es la Txalamobil, una txalaparta que se monta y se transporta en una bicicleta y ha recorrido muchos lugares: China, Alemania, Madrid, Bilbao etc. y ha pasado por centenares de manos que la han hecho sonar. La txalaparta es un instrumento tradicional vasco que se toca a 4 manos y se utilizaba, en su origen, para avisar y mandar mensajes entre caseríos.
Laurita y Joseba se conocieron de manera casual en Bilbao. Joseba nació y creció en las Encartaciones, comarca en la que se encuentra el valle de Karrantza, del que eran originarios tanto su madre como su padre. Joseba, siempre muy vinculado a los movimientos sociales y al activismo, estuvo un tiempo viviendo fuera de Esuskal Herria. Fue en un viaje a Cuba en el que se dio cuenta de la importancia de cuidar y valorar sus raíces carranzanas. En 2014, durante una residencia artística que Laurita realizó en Islandia, conocieron cómo utilizaban la lana de sus ovejas. En Karrantza la lana se dejó de utilizar hace mucho tiempo y actualmente se trata como un residuo. Joseba decidió volver a Karrantza y apostar, junto a Laurita, por recuperar el rebaño de su familia y poner en valor su lana.
Desde entonces el proyecto Mutur Beltz, empezó a tomar forma. Joseba decidió formarse en la escuela de pastores y profundizar en el estudio e investigación de la lana, sus usos y posibilidades. Como nos contaba Joseba “Mutur Beltz es un proyecto holístico, habla de nuevos modelos de caseríos, nuevos modelos de ocupación del suelo, de biodiversidad, nuevas maneras de vivir en el entorno rural. Romper barreras entre lo culto y lo popular, entre el arte, la cultura y la artesanía. Romper las barreras del lugar en el que se ha de encontrar el arte”.
En 2015 Mutur Beltz nació como una asociación agroecológica, artística y cultura para promover la oveja karrantzana. Podemos visualizar esta asociación como una oveja que se sostiene sobre sus cuatro patas: arte, lana, leche y carne. Y, en la cabeza, encontramos sus valores: preservar, crear, participar y mostrar. Esta iniciativa, trata de responder desde la agroecología, la práctica artística y el diseño a la pérdida de los saberes propios del pastoreo y del mundo rural.
La “pata de la lana” se fundamenta en la posibilidad y la necesidad de utilizar ese recurso. Joseba se encarga de esquilar y recoger la lana de las 40 ovejas de su rebaño y, a través de Avascane, está en contacto con el resto de pastores a los que compra también la lana para procesarla. Largo ha sido el camino y mucho lo que han aprendido sobre el proceso artesanal e industrial que implica el tratamiento de la lana. Existen muchas posibilidades para utilizar lo que hoy en día es considerado un residuo, pero para ello es necesario el apoyo y la colaboración de instituciones y administraciones que apuesten por poner en valor este recurso y se invierta en investigación y desarrollo en este campo.
De las ovejas también obtienen la leche y elaboraran queso para la familia siguiendo la receta tradicional del valle. Tuvimos la suerte de probarlo y nos pareció delicioso. Por ahora no entra en sus planes producirlo para la venta, aunque sí que quieren mantener la receta para que no se pierda.
La “pata del arte” tiene un peso especial y permite unir y enlazar todas las actividades. Desde hace 3 años organizan Ondo Bizi, la residencia artística del Buen Vivir en la que tres artistas pasan una semana investigando, creando, estableciendo relaciones y conociendo el entorno al que han llegado. Elaboran una pieza en distinto formato que presentan durante la jornada de Artzai Topaketa.
En Mutur Beltz se unen dos pasiones: pastoreo y arte. Dos mundos que a priori parecen imposibles de unir, pero que la magia y la entrega de Joseba y Laurita están haciendo posible. Laurita y Joseba nos demostraron que cuando encuentras tu camino perseveras y superas cualquier barrera. La mayoría de las actividades de Mutur Beltz están autofinanciadas y se realizan gracias al esfuerzo que ponen estos dos jóvenes y al apoyo y colaboración de muchos familiares y amigos. Descubrimos que el arte se puede y se debe vincular a cualquier faceta de la vida. Gracias al arte, se pueden poner en valor recursos tan preciados pero olvidados, como la lana. Un placer y una alegría cardar e hilar lana pedaleando junto a Laurita y Joseba.