29 de agosto de 2021, Andorra
Mujeres y ruralidades
Para vincularnos directamente con los territorios, organizamos charlas y encuentros de tú a tú. La última tuvo lugar en Andorra y fue muy enriquecedora. La titulamosMujeres y Ruralidades, e intercambiamos experiencias lideradas o integradas por mujeres en el entorno rural. Se realizó en el Centro de Estudios Ambientales-Ítaca Jose Luis Iranzo un edificio amplio, luminoso y acogedor, construído con materiales nobles y decorado de forma sencilla con elementos de la naturaleza. Olga, su coordinadora, nos puso en contexto: “surgió como colaboración entre la Universidad de Zaragoza y el Gobierno de Aragón con la intención de crear un campus, donde se abordarían aspectos relacionados con el medio ambiente en busca de la reconversión de la minería”. Esta idea no se llevó a cabo y el centro quedó en manos del ayuntamiento de Andorra que decidió destinarlo a iniciativas ambientales. Construido con técnicas de bioconstrucción y bioclimatismo, abrió sus puertas en 2008. Desde 2017 lleva el nombre de José Luis Iranzo, en homenaje a este joven ganadero y agricultor andorrano comprometido con el medio rural y especialmente con los agricultores y ganaderos, siempre dispuesto a luchar y trabajar, solidario y generoso que fue asesinado en el conocido como Mas del Saso.
El compromiso del centro ha sido siempre “promover el conocimiento y la sensibilidad hacia el medio ambiente generando propuestas que contribuyan a la transición ecológica de nuestra zona” nos explicaba Olga. Sus propuestas son interdisciplinares prinicipalmente centradas en la sensibilización y la educación medioambiental. “Son muchas las actividades que hemos promovido. Se trabaja con los colegios de Andorra, con recursos naturales como los pinares, el sendero etnobotánico, los huertos ecológicos, las plantas medicinales, la lana de las ovejas, la bioconstrucción, la educación medioambiental, ruta de árboles singulares, campaña de reducción del uso plásticos, talleres de sensibilización sobre el cambio climático, cursos de la universidad de verano y arte-naturaleza, arte-reciclaje o el día del árbol, plantaciones. También contribuimos con el Mercado Local y Agroecológico del norte de Teruel . Somos centro formador del INAEM en energías renovables con el objetivo de que personas vinculadas a la central térmica tengan la oportunidad de formarse y cambiar su perfil. Trabajamos con diferentes propuestas en colaboración con la Comarca Andorra- Sierra de Arcos, el grupo leader, ADIBAMA, CIRCE… Y también iniciativas privadas vinculadas al desarrollo sostenible como La Ojinegra o Chocolates Artesanos Isabel”, aclaraba Olga.
No hay espacio más adecuado para Mujeres y Ruralidades. Abrió la primera parte Carolina Llaquet, presidenta de la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (FADEMUR) en Aragón. “En España el 80% del territorio es rural, y solo lo habita un 20% población. El medio rural tiene 3 grandes problemas: despoblación, masculinización y envejecimiento. Se da el fenómeno de la huida ilustrada, especialmente en las mujeres salen a estudiar fuera y no vuelven. Para evitarlo es esencial que las mujeres sean titulares de la tierra y fomentar el autoempleo”. Desde FADEMUR trabajan en programas para la inserción laboral y el emprendimiento: “a través de los fondos IRPF trabajamos en un programa de promoción de cooperativas rurales de servicios. Acompañamos a las participantes con formación, talleres, ferias y, lo más importante, creamos red”. En esta línea, está el programa Ruraltivity, en tres fases: semillero de ideas, germinación de ideas, floración y frutos. FADEMUR llega a todas las edades: “no queremos olvidarnos de las mujeres mayores. Cuidándonos para un futuro mejor es un programa de envejecimiento activo enfocado a las mujeres rurales de más de 65 años”.
Luchan también contra la violencia de género. En el 2021 han realizado un estudio sobre mujeres víctimas de violencia de género en el mundo rural: “para conocer la percepción de las mujeres rurales sobre el fenómeno, no es un estudio estadístico de datos”, contaba Carolina. Datos ya tenemos y ponen los pelos de punta: en municipios de menos de 2.000 habitantes, el 72,9% de las víctimas no denuncia los malos tratos y el 60% de las mujeres asesinadas en 2021 son de municipios de menos de 20.000 habitantes. “Las mujeres rurales aguantan una media de 20 años viviendo con su maltratador por falta de independencia económica” explicó Carolina. El estudio se realizó a nivel estatal en siete comunidades autónomas, elegidas por su ruralidad y dispersión como variables más influyentes en la representatividad y utilidad. “En el mundo rural el tema de la violencia de género se considera un tema privado, no una lacra social”. Algunas propuestas de FADEMUR para atajar la violencia de género han sido la sensibilización y el acompañamiento. Han lanzado un programa de sensibilización con un spot que lo dice alto y claro: En un pueblo todo se sabe o no y, a través de Cultivando igualdad, se ofrecen espacios seguros contra la violencia de género en el medio rural.
La siguiente intervención vino de la mano de Cristina Espada, dinamizadora de La Era Rural en el Bajo Aragón: “una red de proyectos, ideas, personas y organizaciones que, juntas, impulsamos el desarrollo de proyectos en el ámbito rural aragonés fomentando y apoyando la iniciativa, el liderazgo y el emprendimiento juvenil” nos explicó. Nació de Jóvenes Dinamizadores Rurales tras un proceso de reflexión. “La Era Rural aporta herramientas, acceso a becas y formación gratuita además de una comunidad, un mapa interactivo y un espacio web propio para estar en contacto con otras iniciativas”. Realizan distintas acciones de dinamización como “las visitas de inspiración, presenciales y online, para conocer iniciativas que puedan servir de ejemplo y asesoramiento unas a otras”. También “la pildoleta es un programa de formación con microconsejos para emprendedores. Se realiza un día a la semana online y trata temas como la digitalización, el posicionamiento en Google, las redes sociales…”. Cristina es una persona apasionada y amante de la creatividad. Nació en Alcorisa y estudió bellas artes, fotografía, diseño gráfico, liderazgo y crecimiento personal. Después de vivir en Helsinki, Barcelona y Shanghai, volvió a su pueblo hace 9 años y ahora “no me imagino vivir en otro lugar”. Lleva su proyecto personal y profesional Dadu Mundo Creativo. Es una mujer que desborda alegría y dice que su vida se ha caracteriza por 3 constantes: los viajes, la inquietud por aprender y el ámbito de lo visual. Con Dadu ha conseguido crear una plataforma de dinamización rural donde conecta la creatividad con las personas, la comunidad y el territorio.
La tercera ponente fue Begoña Sierra que se definió como “una joven que lleva 22 años replantada en el medio rural. Y utilizó la palabra replantada con la acepción de volver a plantar donde antes ya había planta”. Moscardón, el pueblo donde vive, pasó de 350 habitantes en 1955 a 50 habitantes en el 2000. En 1999, se asentaron allí un grupo de 5 jóvenes y montaron una empresa de turismo rural. “Llegamos de la ciudad con juventud e inconsciencia. No teníamos ni la visión idílica del mundo de Heidi ni la visión antagónica de que nos íbamos al fin del mundo”. Habló de la receta para que todo fuese bien: “mucho trabajo, ilusión, y contar con el apoyo de la gente de Moscardón”. Siempre ha estado vinculada al asociacionismo. La empresa que montaron tenía ese componente de trabajo en equipo y otros valores del asociacionismo como la confianza, el apoyo mutuo o el papel de transformación y mejora del entorno y el crecimiento de las personas que forman las asociaciones. “Una asociación es una herramienta para crear algo que no existe”. En 2005 nació la Asociación de Mujeres Caranjaina. Para cubrir las necesidades de las familias montaron una Casa Canguro de 0 a 3 años. Con objetivo socializar, crearon ludoteca una vez al mes: “el rincón de l@s muchich@s”. Y el tercer objetivo fue “la vía reivindicativa: sacar a las mujeres rurales de lo doméstico a lo público. Recuperamos el 8M como acto reivindicativo y no solo festivo”. Begoña siguió trabajando por el asociacionismo y en 2007 surgió la Asociación de Empresarios Turísticos de la Sierra de Albarracín de la que es gerente. “Lo que hasta entonces había sido activismo se convirtió en un trabajo. Es una forma de autoempleo distinta. Puedo explicar y aplicar mi experiencia desde el otro lado”. La función de esta asociación es cohesionar un sector disperso. “Intentamos ir a una, no vernos como competencia sino como colaboración” nos explicó. Y claro, como Begoña es una mujer muy activa, una vez que de su ocio había hecho su profesión… “Y ahora, ¿a qué dedico mi tiempo libre? Pues a salvaguardar el destino de la Sierra Albarracín y trabajar para que se conserve como lo tenemos”. Es una de las piezas clave de la Plataforma a favor de los paisajes de Teruel. Nos quedamos con tres ideas : “ la mujer rural es diversa y alberga muchas formas de vivir esa ruralidad; el asociacionismo es clave para evolucionar como sociedad; amemos nuestro territorio y seamos activos en su defensa”.
La última ponente, Pilar, tomó la palabra y comenzó diciendo “es necesario trabajar de forma activa para que no nos impongan algo que no queremos. La agricultura y la ganadería extensiva ya están poco apoyadas y con las macrocentrales la amenaza es peor. Para la toma de decisiones han de contar con la gente del territorio”. La historia de Pilar, de Bañón, ya la conocemos. Nos confesó su sensación cuando llegó a vivir al pueblo: “sentía que era un bicho raro pero luego descubres que hay muchos bichos raros en otros lugares de Teruel”. Llegar a Bañón fue la necesidad de conectar con sus raíces y cuando se incorporó “me encontré desarrollándome como agricultora, ganadera y también como mujer porque todo esto no está reñido. Una de las cosas que más me ayudó a dar el paso de coger la explotación familiar fue el apoyo y cariño recibido”. Es una defensora de la combinación de agricultura y ganadería extensiva “es un modelo perfecto”. Nos habló de las dificultades, de los precios irrisorios, y de la venta directa: “es lamentable que tengamos que vivir de las ayudas. Me gustaría vender mis corderos directamente. Me da mucha rabia porque sabes que tu producto es de calidad y no sabes quién lo consume”. Con el cierre de los mataderos en los pueblos, el sacrificio de los animales se concentra en unos pocos núcleos urbanos.
La segunda parte de la jornada empezó con una mesa redonda. La primera en intervenir fue Raquel Burillo de Alacón que con tan solo 20 años se ha incorporado como ganadera y agricultora. “No tienes que ser mujer ni hombre te tiene que gustar lo que haces” reflexionó. Quería quedarse en su pueblo y continuar con las ovejas de su familia. Es una muestra de la fuerza y compromiso de las nuevas generacioens de mujeres rurales. Como Julia que, con 28 años, empezó a interesarse por la procedencia de los alimentos. “Desde que llegué a Alloza he trabajado muchísimo, he hecho y aprendido cosas que nunca me había planteado. Estoy cansada y contenta a partes iguales”. Julia y su pareja Raúl están trabajando en la rehabilitación de un corral que será un espacio interdisciplinar donde se encontrará su taller de cerámica El noveno corral.
Compartimos entre todas las participantes. ¿Qué aporta la mujer en el medio rural? Creatividad, cuidados, ganas de colaborar, innovación, asociacionismo no reglado, redes desde el intercambio, una visión integradora…. Como explicaba Lucía de mallata.com en una entrevista: “las mujeres no solo generamos vida, sino que nuestra forma de trabajar en red crea ese tejido vital que hace que los pueblos funcionen”. Había también mujeres implicadas en política como Marta Sancho Blasco, presidenta de la comarca Andorra-Sierra de Arcos y concejala del ayuntamiento de Alloza. “De los 24 consejeros comarcales solo somo 4 mujeres y en el ayuntamiento Alloza, de los 7 concejales, soy la única mujer. Yo creo que aporto juventud y una mirada femenina que se echa de menos en política”. También Margarita Santos Blasco, concejala de Educación, Cultura y Turismo del Ayuntamiento de Andorra reflexionó “las mujeres en política somos tan exóticas como las ganaderas. La que sobrevive es porque es tozuda” y remarcó la importancia de la mujer en el medio rural porque “lo que fija población en un pueblo no es el empleo masculino sino el femenino”. Otras voces añadieron que somos el motor en el asociacionismo y voluntariado y que es importante estar presentes en política. Para cerrar la jornada dimos la palabra a Encarna que nos dijo “busca lo que te una, no lo que te separe y sigue trabajando con ilusión”. Mujeres referentes enraizadas en la tierra que nos nutren con su savia para seguir con las últimas pedaladas de nuestro camino. A todas, ¡gracias!